Ir al contenido principal

Acepta el frenazo

¿Por qué está ocurriendo esto? ¿Qué está pasando? ¿Qué puedo hacer?  Este es el momento perfecto para: este es el momento perfecto para pararte a pensar, reflexionar sobre tu vida; meditar sobre tu pasado; reflexionar sobre tus porqués; sopesar a qué te dedicas; sobre cómo te relacionas con los demás; sobre lo que haces; sobre cuánto te esfuerzas en ayudar a otros... Esta lista es muuuuy larga.

Aprovecha este momento, no puedes hacer muchas cosas, no puedes salir cuando quieras, gastar tu dinero como antes lo hacías, no puedes juntarte en grupos, ...etc.  No puedes hacer muchas cosas pero si a algo te invita este momento es a que pares, silencies. 

¿A qué nos está invitando la vida ahora? A parar, a pensar, a orar, a meditar, a no hacer nada, a leer, a charlar con quien tengas al lado...

Que este tiempo sea significativo, que no lo olvidemos fácilmente. Que este tiempo sirva para desarrollar nuevas ideas, aprovecha este tiempo para soltar las heridas del pasado, para perdonar a los que atas a través de tus pensamientos, renueva tus objetivos.

Quizás hayas comenzado a simplificar tu vida, quizás te hayas vuelto menos exigente, quizás hayas meditado sobre la existencia de Dios. ¡Cuantas oportunidades! 

No, este 2020 marca un antes y un después para todos. Pero que no pase sin haber logrado ver más lejos y más cerca, valorar lo importante, haber superado nuevos retos, haber valorado lo que tienes, lo que eres y sobre todo en tus herman@s.   

Este es un tiempo bullente para no hacer. Frenazo. 
Acéptalo, en el No hacer germina el Hacer. 
Acéptalo, en el descanso y la relajación brota la serenidad y la lucidez.
La vida es apresurada, párate y disfruta de tu día valorando y dejando tiempo al No hacer.

Cuando el problema aparece, la solución está viniendo. Participa de la solución, no la bloquees, forma parte de los que creen que este es un tiempo fecundo,  de dolor, de creatividad, de sencillez, de transformación  para dejar de mirar hacia afuera y empezar a mirar hacia adentro. 

Foto de DAYSO en Unplash.



Comentarios

Entradas populares de este blog

EL PODER DE VOLVER A CASA: CÓMO SER TU MISMA

(4 min. de lectura) Hay algo profundamente sagrado en una persona que se atreve a volver a casa… no a una casa de ladrillos y tejado, sino a esa casa interior donde habita su verdad. Donde el alma respira, donde la dignidad no necesita defenderse, donde el amor no se gana, sino que simplemente  es . Desde mi mirada como terapeuta, y también desde la profunda comprensión espiritual he llegado a ver que todo sufrimiento humano nace del mismo lugar: el olvido de quiénes somos. La herida no es tu culpa, pero la sanación sí es tu responsabilidad Como solía decir Virginia Satir, no nacemos rotos. Nacemos completos, con una belleza única que brilla sin esfuerzo. Pero desde muy pequeños, aprendemos a adaptarnos, a complacer, a sobrevivir. Nos alejamos de nuestro ser auténtico para encajar en moldes que no nos pertenecen: la hija perfecta, la madre abnegada, el profesional incansable, la mujer fuerte que nunca se quiebra. En esos papeles, a veces nos perdemos . Aprendemos a medir nuestro va...

LA PAZ LA LLEVAS CONTIGO

 No busques la plenitud, ya eres plenitud Nos pasamos la vida buscando algo que nos haga sentir completas. Creemos que la paz llegará cuando logremos eso—esa relación, ese reconocimiento, ese éxito, esa sanación. Pero, ¿y si te dijera que no hay nada que alcanzar porque ya eres todo lo que buscas? La plenitud no es un premio que se obtiene al final del camino, sino un estado que siempre ha estado dentro de ti, esperando a ser recordado. Imagina que pasas la vida buscando la llave de un tesoro. Escarbas en relaciones, en logros, en la aprobación ajena. Recorres el mundo, abres mapas, estudias códigos… hasta que, agotada, te sientas y deslizas la mano al bolsillo. Ahí está. La llave siempre estuvo contigo . Así es la plenitud. No está en el futuro, no la concede nadie, no se gana con esfuerzo. Es tuya, porque fuiste creada completa. Pero la mente, como un niño distraído con un juego de sombras, insiste en buscar afuera lo que nunca se perdió dentro. Nos enseñaron a pensar que la plen...

SOLTAR EL RENCOR: EL GRAN REGALO DE LA LIGEREZA

  Hay algo que pesa sin ser visible. Algo que cargamos en la espalda como si lleváramos una mochila llena de piedras, pero sin darnos cuenta de que nosotros mismos la hemos llenado. Cada piedra es un recuerdo no perdonado, un “no debería haber pasado”, un “no debió hacerme esto”, un “no puedo olvidarlo”. Esa mochila se llama rencor. Y lo más curioso es que creemos que la llevamos para protegernos, para que no vuelva a suceder, para no olvidar lo que nos dolió. Pero lo que realmente hace es robarnos fuerza, alegría y claridad. Cada vez que sostenemos un rencor, no solo lo hacemos hacia otro, sino hacia nosotros mismos. El rencor es un ataque que creemos que va dirigido hacia fuera, pero que en realidad nos mantiene encerrados en una prisión de pensamientos oscuros. Cada vez que recordamos esa herida, la abrimos de nuevo. La repasamos como quien pasa el dedo por una cicatriz para asegurarse de que sigue ahí. Y, efectivamente, sigue. Pero... ¿qué pasaría si hoy nos diéramos permiso ...