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DEJA DE COMUNICARTE DESDE TUS HERIDAS: LIBÉRATE

(3 min. lectura )

¿Te ha pasado alguna vez que hablas… y sientes que nadie te escucha de verdad?¿O que por más que tratas de explicarte, algo dentro de ti se frena, se traba, se esconde? Tal vez no se note por fuera, pero por dentro lo sientes claro: tu voz no fluye como debería.

En esta entrada quiero hablarte de eso.
De las trabas invisibles que sabotean tu comunicación, no por falta de palabras… sino por exceso de miedo.
Y, sobre todo, quiero ayudarte a liberarte de ellas. 
Porque cuando tu voz nace desde el alma —y no desde la herida— todo cambia.

Muchas veces creemos que el problema es que no sabemos expresarnos bien.
Pero el bloqueo no está en la boca.
Está en la historia que llevamos dentro.

Tu manera de hablar (o de callar) se construyó desde pequeña:
para adaptarte, protegerte o evitar el dolor.
Y así nacen los patrones de comunicación que usamos para sobrevivir, pero que hoy… te están impidiendo ser tú.

Hay patrones invisibles que sabotean tu comunicación,

Virginia Satir, terapeuta familiar, descubrió que cuando sentimos amenaza emocional, usamos ciertos patrones automáticos para protegernos.
Los disfrazamos de comunicación… pero en realidad, son formas de escondernos.

1. El Acusador

Habla fuerte, juzga, exige.
Dice: “Tú siempre…”, “Es tu culpa”.
Usa el ataque como defensa.
Detrás hay miedo a no ser vista, a no tener control.
Pero lo que realmente quiere decir es: “Estoy herida y no sé cómo pedir amor.”

2. El Apaciguador

Se adapta, cede, se minimiza.
Frases como: “Lo que tú digas”, “No pasa nada”… aunque por dentro se quiebra.
Calla para no incomodar.
Pero cada vez que se calla, se pierde un poco a sí misma.

3. El Superrazonable

Se esconde tras la lógica.
Desconecta del cuerpo y de las emociones.
Dice: “No tiene sentido que llores”, “Hay que ser objetiva”.
Pero en el fondo, tiene miedo de sentir.
Porque siente que si se permite eso… no podrá sostenerlo.

4. El Irrelevante (o el que esquiva)

Cambia de tema, hace bromas, evita lo profundo.
Parece ligera… pero está escapando.
De lo que siente, de lo que duele, de la posibilidad de ser vista de verdad.

Quizás te reconozcas en uno… o en todos.
No importa. No se trata de juzgarte, sino de despertar conciencia. Para poder ir reconociendo nos, dejar de sabotearnos y avanzar hacia la autenticidad.

Porque no eres ese patrón.
Eres el alma que quedó atrapada dentro de él.
Y ya es hora de dejarla salir.

5 claves para eliminar las trabas en la comunicación 

No necesitas hacerlo perfecto. Solo necesitas empezar con amor.
Aquí tienes cinco claves para comenzar:

1. Obsérvate con compasión

Detecta cuándo usas un patrón.
Sin culpa. Sin exigencia.
Solo mírate con ternura. El simple acto de observarte ya es un acto de poder.

2. Conecta con tu necesidad real

Debajo de cada reacción hay una necesidad.
¿Amor? ¿Validación? ¿Espacio? ¿Límites?
Pregúntate con honestidad: ¿Qué necesito y no estoy sabiendo pedir?

3. Háblate bonito por dentro

Lo que te dices en silencio se filtra en tus palabras.
Si te castigas, castigas.
Si te callas, te apagas.
Empieza por tu diálogo interno. Sé tu primera aliada.

4. Tolera el conflicto sin traicionarte

No todo el mundo va a aplaudir tu verdad.
Y eso está bien.
No estás siendo agresiva por decir lo que sientes.
Estás siendo auténtica.

5. Practica la congruencia

Congruencia es cuando lo que piensas, sientes, dices y haces… se alinean.
Es hablar sin máscaras.
Sin necesidad de defenderte ni de convencer a nadie.

No viniste a hablar para gustar.
Viniste a hablar para liberar.

Tú eres el alma que hay detrás. La que quiere hablar con claridad. La que está cansada de defenderse, adaptarse, esconderse o distraer. La que quiere expresarse… sin tener que protegerse.

Y eso es posible.Porque estos patrones no son tu destino.Son solo programas inconscientes que puedes mirar, entender y transformar.

Cada vez que eliges expresarte desde el alma, cada vez que pones tu verdad por encima del miedo, cada vez que decides no callarte más…

creas un pequeño milagro.

Uno que no solo te transforma a ti,
sino a las mujeres que te rodean…
y a las que vienen detrás.

¿Este texto te removió algo? Compártelo.
Tal vez otra mujer también necesite recordar que su voz importa.

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Nos leemos cada lunes con el alma despierta.

Post de Sonia Mohedano.



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